CONCEPTO
DE CONVIVENCIA PACÍFICA
La convivencia ha sido
denominada como la coexistencia de varios seres humanos en un espacio mutuo,
entonces la convivencia pacífica es una manera de vivir ligada a unos valores
culturales que adopta una comunidad, estos se basan en el respeto y la tolerancia
por las diferencias; como seres humanos indiscutiblemente vivimos en compañía,
cohabitamos y compartimos espacios entre nosotros. Somos seres sociales y no
podemos vivir completamente aislados de los demás individuos, esta convivencia
es necesaria para el bienestar de la especie.
La convivencia pacífica ha
de sustentarse bajo las realidades de cada individuo perteneciente a la
comunidad y mantener así unas relaciones sociales de calidad que alejen el
fenómeno de la violencia, es necesario partir desde lo cultural para construir
una nación regida por normas de convivencia, lo cual exige el aprendizaje de
los valores democráticos y la formación de una cultura ciudadana que contribuya
a la solución adecuada de los conflictos.
Para dicha construcción de
la convivencia pacífica se hace necesaria ejercer una democracia la cual
implica relacionarse entre sí de una manera constructiva, aportando al
colectivo desde una cultura de respeto por los derechos humanos. Un buen modelo de convivencia debe basarse siempre
en un sistema de toma de decisiones colectivas, que tenga en cuenta la
participación, la equidad, donde se otorguen espacios para el diálogo y la
argumentación. Para establecer un modelo
de sociedad basado en la convivencia pacífica, se requiere que reflexionemos sobre el concepto
de ciudadanía que estamos adoptando.
La ciudadanía se está
redefiniendo permanentemente, de acuerdo a las necesidades sociales de cada
época histórica; por ejemplo en la antigua Grecia, la participación no era
universal y solo se reservaba para ciertos estratos de la comunidad. Fue con la revolución francesa y la
declaración de los derechos del Hombre en 1789 donde se definen unos derechos
basados en la dignidad humana y que son extensivos a todos los hombres, sin
distinción de raza, credo, o condición social.
Sin embargo con el paso del tiempo la sociedad refleja unas nuevas
necesidades que evidencian una “crisis de la democracia”, en cuanto a la
participación del ciudadano en la construcción de convivencia mínima.
Así mismo educar para la
democracia, es educar para la convivencia pacífica, exige que desde el Estado y
la iniciativa privada se establezcan prácticas que permitan evidenciar una
coherencia con el discurso democrático.
La convivencia pacífica requiere
de procesos educativos donde se desarrollen competencias para el manejo
de los sentimientos y las emociones, donde se enseñen y apliquen mecanismos de
resolución de conflictos, brindando espacios para la participación y el diálogo
constructivo como medio para solucionar las dificultades aportando a la
cohesión social ya que esto aporta de manera significativa en la concepción de
convivencia pacífica y armónica entre los conciudadanos, de este modo el
capital social estará basado en la justicia, equidad, respeto y solidaridad
estos dos últimos más evidentes en la convivencia armónica ya que encierra
otros valores, el valor del respeto es un criterio muy amplio, abarca las
creencias y costumbres de cada uno y nos orienta a ser tolerantes frente a las
diferencias que cada ser humano tiene, a la comprensión de que ciertos espacios
son para todos y que en el compartir fraternalmente reposa la armonía y la paz
necesaria de la existencia como especie.
A través del respeto se
llega al segundo valor: la solidaridad: Cuando respeto a los demás soy
solidario con ellos, me uno a un mismo sentido de convivencia en el cual
entendiendo las diferencias y siendo tolerante con ellas, aportó a mi
crecimiento personal y ayudó al desarrollo de los demás. La solidaridad aleja
el egoísmo y fortalece los lazos afectivos entre los hombres; cuando yo pienso
en el sentir del otro me solidarizo con él.
Es importante dejar de lado
individualismos, puesto que cuando como individuos aprendemos a respetar a
nuestro semejante, aprendemos también a determinar límites, comprendemos que no
siempre podemos realizar acciones egoístas porque pueden afectar a los demás y
en la misma medida nos vemos afectados, algo importante a tener en cuenta en
las nuevas sociedades es que esta percepción de convivencia debe reivindicar
las generaciones y hacer más estrecha la brecha que las separan para que las
experiencia negativas no se repitan.
Al ser la convivencia un
proceso de permanente desarrollo por su carácter dinámico favorece el
reconocimiento propio dentro de una comunidad, y parte de las diferencias de
cada individuo y su relación con los demás, somos diferentes pero son
precisamente esas diferencias las que nos unen, las características que definen
una sociedad son el cúmulo de estas diferencias con las cuales se crea una
identidad cultural que trasciende con el paso del tiempo y es en ultimas lo que
representa en gran medida una sociedad.
SITUACIONES
E INCONVENIENTES QUE NO PERMITEN UNA CONVIVENCIA ARMÓNICA, CONCERTADA Y
CONSENSUADA EN LA COMUNIDAD
Por:
Jhonatan Ortegón Giraldo
Toda mi vida se ha desarrollado en la casa
de mis abuelos paternos, ubicada en el Barrio Colombia, en la ciudad de
Manizales. Nuestro barrio es pequeño, está conformado por una manzana de casas
y en su gran mayoría los vecinos son fundadores del barrio mismo. Somos una
comunidad que nos conocemos entre sí. A partir de la creación de una cancha de
microfútbol y un parque infantil contiguo al barrio, aproximadamente hace 10
años, se han presentado una serie de inconvenientes que han afectado a nuestra
comunidad y que logran perturbar la armonía del sector.
Con la creación de este nuevo espacio
lúdico recreativo han llegado también factores de riesgo. En horas del día lo
más común es encontrar a los miembros de la comunidad disfrutando del parque y
compartiendo con sus seres queridos, pero cuando inicia la tarde y entra la
noche aparece un nuevo contexto. El espacio de la cancha se ha visto invadido
por hinchas de las barras bravas de la ciudad, que en su mayoría suelen ser
menores de edad, allí suelen reunirse para el consumo de bebidas alcohólicas y
el de sustancias alucinógenas; el aumento de robos en el sector es preocupante.
Aunque a cinco cuadras de distancia de la cancha se encuentra instalado un CAI
de la Policía, la situación no ha mejorado mucho.
Lastimosamente la tranquilidad con la que
crecí en mi barrio se ha perdido. Salir solo en la noche se ha convertido en un
riesgo, son muy frecuentes loa atracos a los vecinos y cada vez más el sector
se ha visto invadido por consumidores de drogas. En un inicio el consumo de
sustancias estaba concentrado en la cancha, pero con el paso de los años otros
espacios han empezado a ser invadidos por estos hábitos; esquinas y andenes han
sido apropiados por personas ajenas al sector. Aunque las autoridades
diariamente ejercen visitas y requisas en el barrio, la demora es que los
patrulleros se retiren para que nuevamente regresen estas personas a realizar
sus actividades.
Es lamentable ver como la armonía y
tranquilidad de un lugar se ve afectada por elementos ajenos a los miembros de
la comunidad. Las problemáticas sociales de la ciudad se vuelven expansivas y
salen del control de las autoridades; el temor invade a los habitantes y la
preocupación por el desarrollo de la localidad surge. Muchos de aquellos niños
que nacimos y crecimos recorriendo aquellas calles, jugando libremente
indiferentes a las preocupaciones del mundo, ahora cuestionamos qué pasara con
nuestros hijos, los espacios que teníamos para la diversión se han
distorsionado para ellos y en las calles el panorama que se les ofrece no es el
más ejemplarizador para su desarrollo como
buenos ciudadanos.
IDENTIFICACIÓN DE PROBLEMÁTICAS EN LA
COMUNIDAD.
Por:
Katherin Lizeth Sánchez
La comunidad en la que he
crecí evidencia diferente cambios a partir de las mejoras estructurales, de
organización gubernamental e inversión económica, sin embargo un aspecto el cual sigue siendo
similar a través del tiempo luego de realizar una comparación entre lo que se
hace ahora y lo que hacía anteriormente en el tema del tiempo libre de jóvenes
y adultos; el resultado es simple, las
alternativas de esparcimiento y recreación con carácter popular como paseos de
olla y practicar deportes es lo que ofrece
el medio y estas se realizan de manera espontánea y bajo la voluntad de cada
ciudadano; planteo esta situación como la base de los problemas sociales de la
comunidad debido a que sus causas han sido el inicio de diferente situaciones
que generan conflictos en las relaciones sociales, puesto que para que el ocio
repercuta negativamente en el estilo de vida radica en la falta de
oportunidades educativas y garantizar la educación de calidad y gratuita, por
otro lado las alternativas culturales, deportivas y sociales son insuficientes para los intereses
de algunos grupos sociales, el trabajo social que se realiza en ocasiones no
cuenta con el personal capacitado para este, como resultado se obtienen
espacios subutilizados puesto que las zonas deportivas y culturales son
empleadas con otros fines por otro lado cabe mencionar que existe poca gestión de recursos.
Al enunciar las causas se
puede analizar porque se diverge sobre las decisiones políticas referentes a
los aspectos sociales, debido a que estas causas lo que hacen es convertirse en
unas consecuencias como jóvenes inmersos
en la drogadicción, el desempleo que lleva al extremo del vandalismo, deterioro
de los bienes públicos; cuando no se tiene la mente ocupada en algo que le
sirva al ser humano como forma de expresar lo que se siente o canalizar las
energías negativas se es susceptible a influencias negativas. Por ello afirmo
que lo que se gasta en campañas de reconstrucción de bienes materiales debería
ser orientado en el diseño y ejecución de estrategias donde intervengan
diferentes actores sociales en pro del aprovechamiento de tiempo libre.
EL
PROBLEMA DE LA CONVIVENCIA EN PITALITO
Por:
Marcos Adrián Gasca
El principal problema de
convivencia que afecta al municipio de Pitalito es la inseguridad, un fenómeno
que se ha venido intensificando en los últimos años, y al cual están asociados
distintas problemáticas relacionadas con un crecimiento urbanístico y
demográfico que carece de toda planificación.
Debido a su posición geográfica, Pitalito es un punto de encuentro de
muchas culturas, la población que llega al municipio, alberga la esperanza de
encontrar fuentes de empleo y oportunidades para emprender diferentes
actividades económicas; sin embargo otra es la realidad a la que se tienen que
enfrentar estas personas.
Para el tamaño de Pitalito,
es alarmante la cantidad de espacio ocupado por las denominadas “ollas”, zonas
de tolerancia donde el Estado no ejerce ningún control, convirtiéndose en
sitios propicios para que delincan grupos de delincuencia organizada, con el
expendio de estupefacientes, el hurto y el sicariato. Pitalito es un municipio receptor de
población vulnerable a caer en estos problemas, ya que es en el departamento el
principal receptor de población desplazada.
Muchos de los jóvenes que
llegan a la ciudad caen fácilmente en el fenómeno de la drogadicción. Es fácil darse cuenta como desde muy temprana
edad muchos jóvenes empiezan a deambular por distintos espacios como parques y
plazoletas, bajo el efecto del consumo de las drogas. La delincuencia juvenil, las faltas de
oportunidades laborales y de educación, hacen que poco a poco se incrementen de
manera preocupante los índices de violencia en el municipio.
La creciente sensación de
inseguridad, genera que las personas ya no puedan aprovechar diferentes
espacios diseñados para el sano esparcimiento, y de que el tránsito peatonal
por diferentes lugares de la ciudad se convierta en una peligrosa odisea. Toda esta situación ha hecho que en algunas
ocasiones se conformen los denominados grupos de limpieza social, un fenómeno
que agrava los problemas de violencia, si tenemos en cuenta que la población se
está acostumbrando a tomarse la justicia por sus propias manos, lo cual en
última instancia hace que se deterioren las relaciones sociales cotidianas, que
se disminuyan los niveles de tolerancia y aumenten las riñas callejeras.
Los jóvenes son los más
afectados por esta problemática, se vuelven instrumentos de redes del crimen
organizados y empiezan a vincular a más jóvenes a sus actividades; la salida de
los colegios es visitada por jóvenes de estos barrios periféricos y la policía
no ejerce ningún control sobre sus actividades.
El problema de la
drogadicción, y la delincuencia asociada a este fenómeno en el caso del
municipio de Pitalito es especialmente preocupante. Los jóvenes caen fácilmente en la
marginalidad, asumen como ideales los patrones que propone la cultura del
narcotráfico. En este contexto de
necesidades económicas, y de entornos muy conflictivos no hay una propuesta de
ningún orden para la promoción de los valores democráticos.
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